FOTOCOAGULACIÓN: consiste en dar una serie de impactos con láser en todas las lesiones que puedan predisponer un desprendimiento de retina. El láser sellará la retina en aquellas zonas en donde se encuentra debilitada creando una fuerte adherencia entre las capas retinianas. Es un proceso indoloro y se realiza a través de la pupila. Procedimiento de la fotocoagulación con láser
Primero, deberá apoyar la frente y el mentón en una lámpara de hendidura. Este dispositivo es un microscopio que usa una línea de luz o hendidura para que su médico pueda ver con claridad las zonas del ojo que debe operar. Luego, su médico le colocará una lente de contacto con un diseño especial sobre la córnea. Esto ayudará a que el láser haga foco en la retina. Durante el procedimiento, verá destellos de luz brillante.
La fotocoagulación con láser es un procedimiento ambulatorio. Podrá irse a su hogar una vez que finalice el procedimiento, pero deberá organizarse para tener un medio de transporte ya que no podrá conducir de inmediato después de la cirugía. De hecho, durante las 24 horas posteriores al procedimiento tendrá la visión borrosa o poco clara.
Debido a que en la fotocoagulación con láser se realizan diminutas quemaduras para sellar los capilares, es posible que en su campo de visión aparezcan pequeñas manchas después del procedimiento. En general, el paso del tiempo reduce y hace desaparecer estas manchas. Si su visión era borrosa antes de realizarse la fotocoagulación con láser, quizá no recupere una visión totalmente nítida.
Aún en el caso de que la fotocoagulación con láser repare con éxito los vasos sanguíneos dañados, pueden ocurrir nuevas pérdidas. Por este motivo, es imprescindible que los pacientes con retinopatía diabética se controlen el azúcar en la sangre y se realicen exámenes oculares frecuentes con un oftalmólogo cualificado.
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